El jefe de gobierno mantiene una reunión en el marco de la aplicación de la Carta Real sobre la revisión del Código de la Familia

El jefe de gobierno, Aziz Akhannouch, celebró, hoy miércoles en la sede del Departamento del Jefe de Gobierno en Rabat, una reunión dedicada a la aplicación del contenido de la Carta Real relativa a la revisión del Código de la Familia que SM el Rey Mohammed VI, Amir Al Muminin, dirigió al jefe de gobierno.

Asistieron a la reunión el ministro de Justicia, Abdellatif Ouahbi, el presidente delegado del Consejo Superior del Poder Judicial, Mohammed Abdennabaoui, y el procurador general del Rey en el Tribunal de Casación, presidente del Ministerio Público, El Hassan Daki.

La Carta Real dirigida al jefe de gobierno concreta la decisión Real anunciada por SM el Rey en el Discurso del Trono del año 2022, y refleja la Alta Solicitud que el Soberano no cesa de mostrar por la promoción de las cuestiones de la mujer y de la familia en general.

En esta Carta Real, SM el Rey afirma que a pesar de las ventajas que representó y de la dinámica de cambio positivo que produjo, a través de su perspectiva de igualdad y conciliación familiar, así como del gran progreso social que supuso, el Código de la Familia necesita actualmente una reconsideración a fin de superar algunas de sus carencias y disfunciones aparecidas con ocasión de su aplicación judicial.

El Soberano subraya que las disposiciones del Código de la Familia se deben adaptar a “la evolución de la sociedad marroquí y a las exigencias del desarrollo sostenible, velando por su consonancia con los avances de nuestra legislación nacional”.

“En efecto, Nuestra ambición en cuanto a la habilitación de la Mudawwana se debe basar en los principios básicos y grandes orientaciones que enmarcaron su elaboración, cuyos principios fijamos en el Discurso de Nuestra Majestad del 10 de octubre de 2003 ante el Parlamento, y que reafirmamos en el Discurso del Trono dirigido a Nuestro querido pueblo el 30 de julio de 2022”, precisa SM el Rey.

En este sentido, el Soberano señala: “Estamos empeñados en que ello tenga lugar en el seno de los propósitos de la ley islámica y de las peculiaridades de la sociedad marroquí, basándose en las virtudes de la moderación, la interpretación abierta, la concertación y el diálogo, asociando a todas las instituciones y actores concernidos”. 

Por lo tanto, prosigue SM el Rey, la deseada habilitación ha de limitarse a corregir las disfunciones aparecidas tras su aplicación judicial durante un período de unos veinte años, modificando las disposiciones que han quedado obsoletas debido a la evolución de la sociedad marroquí y de las leyes nacionales.

En este sentido, sostiene SM el Rey, las referencias y las bases han de mantenerse inalterables. Se trata de los principios de justicia, igualdad, solidaridad y armonía, que emanan de nuestra santa religión islámica, así como de los valores universales resultantes de los acuerdos internacionales ratificados por Marruecos.

El Soberano subraya en este sentido que “la puesta en práctica de la virtud de la interpretación constructiva es el camino que se ha de emprender para lograr la adecuación entre el referencial islámico y sus ejemplares propósitos, amén de las novedades acaecidas en materia de derechos humanos, tal y como son internacionalmente aceptados”.

“Como bien Hemos subrayado más de una vez, en tanto que Emir de los creyentes, no podemos permitir lo que Dios ha prohibido, ni prohibir lo que Dios ha permitido”, recalca SM el Rey.

En consideración de la centralidad de las dimensiones jurídicas y judiciales de este tema, precisa el Soberano, “Hemos considerado oportuno encomendar la dirección del proceso de reforma, de modo colectivo y conjunto, al Ministerio de Justicia, Consejo Superior del Poder Judicial y Presidencia del Ministerio Público”.

En este contexto, SM el Rey invita a estas instituciones para que involucren de manera sólida en este proceso a las demás instancias concernidas directamente por este tema, principalmente el Consejo Superior de Ulemas, el Consejo Nacional de Derechos Humanos y la autoridad gubernamental encargada de la solidaridad, la integración social y la familia, recalcando la necesidad de una apertura también sobre las instituciones y actores de la sociedad civil, adoptando un amplio enfoque participativo.

El Soberano afirma que los cambios y modificaciones que se propongan deberán tomar en consideración las conclusiones de las amplias consultas y audiencias judiciales, que se organizarán de modo particular con el tejido asociativo relacionado con los derechos humanos, los derechos de las mujeres y los niños, así como con jueces, investigadores académicos y demás profesionales del campo del derecho de la familia.

“Así pues, quedamos a la espera de que los resultados de estas reuniones se materialicen en forma de propuestas de enmiendas, para ser sometidas a Nuestra suprema consideración, en Nuestra calidad de Emir de los creyentes, y garante de los derechos y libertades de los ciudadanos, en un plazo máximo de seis meses, antes de elaborar la versión final que se presentará al Parlamento para su aprobación”, indica SM el Rey. 

En una declaración a la prensa al final de la reunión, Akhannouch dijo estar honorado de recibir esta Carta Real, que inaugura el proceso de revisión del Código de la Familia, ese gran proyecto de reforma supervisado por SM el Rey.

La carta real precisa la parte que dirigirá la operación de revisión, compuesta del Ministerio de Justicia, el Consejo Superior del Poder Judicial y la Presidencia del Ministerio Público, así como la metodología de trabajo basada en la escucha según un enfoque participativo, además de un periodo de seis meses como plazo para el cumplimiento de esta misión, afirmó.

El jefe de gobierno señaló que se ha decidido, en el marco de la aplicación del contenido de la Carta Real, celebrar una reunión a principios de la semana próxima, a la que seguirán encuentros para escuchar a todos los componentes de la sociedad marroquí concernidos por esta cuestión.

Añadió que esta reforma representa un momento fuerte para Marruecos, expresando la esperanza de que todas las partes interesadas contribuyan positivamente a la misma, tal y como desea Su Majestad el Rey, Amir Al Muminin.