El presidente Isaac Herzog concede la Medalla de Honor Presidencial al consejero de SM el Rey, André Azoulay

El presidente del Estado de Israel, Isaac Herzog, concedió, hoy domingo, la Medalla de Honor Presidencial al consejero de SM el Rey, André Azoulay, conocido por su compromiso histórico con la paz entre israelíes y palestinos, y con una solución de dos Estados en la que las palabras soberanía, dignidad y justicia se conjugarían de la misma manera y con las mismas exigencias para ambos pueblos.

Entre los antiguos galardonados con la Medalla de Honor Presidencial israelí figuran los presidentes estadounidenses Joe Biden, Bill Clinton y Barack Obama, así como otras eminentes personalidades como Henry Kissinger y el Premio Nobel de la Paz Elie Wiesel. El reto de toda una vida para André Azoulay ha estado siempre enraizado y determinado por su marroquidad y por la forma en que ha vivido su historia, su identidad y las diversas responsabilidades que le han correspondido a lo largo de su vida. Probablemente la fecha más importante y emblemática de su vida fue 1973, cuando, junto con sus amigos intelectuales marroquíes y judíos sefardíes, creó en París el Movimiento Identidad y Diálogo, organización judía pionera en haber mencionado, en su carta fundacional, la absoluta necesidad de dar una oportunidad justa a la solución de dos Estados, Israel y Palestina. André Azoulay y sus compañeros fueron de los primeros en entrar en contacto con la OLP. Y fue en un acto de valentía, sin precedentes y ampliamente criticado en el mundo judío de la época, cuando André Azoulay se reunió por primera vez en 1974, en Toledo, con Abu Mazen, entonces el colaborador más cercano de Yasser Arafat, a quien Azoulay ha conocido a mediados de los años setenta. Clandestinos pero no por ello menos regulares, estos contactos fueron durante mucho tiempo la base de las primeras conversaciones entre el campo de la paz israelí y los dirigentes palestinos. En aquella época, Yasser Arafat designó al difunto Issam Sartawi, el gran dirigente palestino asesinado en Lisboa durante una reunión de la Internacional Socialista, como interlocutor permanente de André Azoulay de Identidad y Diálogo. La otra batalla que encarna el compromiso de André Azoulay ha sido la de dar a los marroquíes de confesión judía, en Israel, Marruecos, Francia, Canadá y en casi todo el mundo, la oportunidad de reconciliarse con su propia historia, de reivindicar su patrimonio y su civilización a niveles espiritual, filosófico y moral. André Azoulay ha recordado a menudo en sus escritos y declaraciones que el objetivo central y prioritario de la vertiente Identidad y Diálogo era romper las cadenas de la alienación cultural poscolonial, que había llevado a una gran parte de la comunidad judía marroquí a dar la espalda a su propia historia, trimilenaria, a riesgo de cortar el hilo umbilical de su identidad y sus orígenes. Eran los tiempos en que los judíos marroquíes cambiaban de nombre y de lugar de nacimiento. Esos tiempos han pasado, y la referencia a su identidad marroquí es ahora motivo de orgullo para casi todos los judíos marroquíes, que ahora están en paz consigo mismos. Militante o responsable, André Azoulay actuó y avanzó a lo largo de toda su vida, reforzado por la atención, los consejos y el apoyo del fallecido SM Hassan II y de SM el Rey Mohammed VI, en su calidad de Presidente del Comité Al-Quds. Esta concertación, este respeto y esta «guía» han sido el hilo de Ariadna a partir del cual se han desarrollado y reforzado los compromisos de André Azoulay, que hoy encarna en el mundo una marroquidad rica en su diversidad, su modernidad y la ética ejemplar de su ciudadanía abierta a todas las humanidades que, en otros lugares, se enfrentan a la duda, el repliegue y la regresión más arcaica.