Intercambio de réplicas corrosivas entre Hilale y el nuevo Representante Permanente de Argelia ante la ONU

La sesión anual del Comité de los 24 de la ONU fue el escenario de un corrosivo intercambio de réplicas entre el embajador de Marruecos ante la organización internacional, Omar Hilale, y el nuevo representante permanente de Argelia, Amar Bendjama.

Tras su intervención inicial, el diplomático argelino consideró oportuno hacer uso de su derecho de réplica a la intervención del embajador Hilale, insistiendo en las posiciones obsoletas de su país y tergiversando las realidades históricas del Sáhara marroquí. En respuesta, Hilale señaló que dichos derechos de réplica carecían lamentablemente de sentido, verdad, evidencia, racionalidad jurídica o argumentación política.

El embajador de Marruecos recordó a su homólogo argelino, dada su memoria selectiva, que fue efectivamente Argelia, por voz de su ex presidente, el difunto Abdelaziz Bouteflika, quien se dirigió al ex Enviado Personal, James Baker, en 2001, para proponerle la división del Sáhara entre Marruecos y el grupo separatista armado «polisario», financiado y acogido por Argelia, lo que Marruecos rechazó enérgicamente, porque la unidad territorial de Marruecos es una. La integridad de su Sáhara es una. Y la población de las provincias del sur es una. Por eso Marruecos no puede aceptar ser desposeído de su Sáhara, ni aceptar su división, sea cual sea el sacrificio», subrayó.

Reaccionando a la insistencia obsesiva del embajador argelino sobre la autodeterminación, Hilale lamentó que la interpretación argelina de este principio no se ajuste a las resoluciones 1541 y 2625 de la Asamblea General de la ONU. Criticó a Argelia por haber omitido deliberadamente mencionar estas dos resoluciones, a pesar de que regulan la aplicación de este principio, señalando que no prevén, como Argelia desearía, la creación de un Estado títere bajo su autoridad, lo que le habría dado acceso directo al océano Atlántico.

Indicando que si las Naciones Unidas aplicaran el principio de autodeterminación según la interpretación de Argelia, la organización tendría más de 600 Estados miembros en lugar de 193, y Argelia tendría 3 países. Hilale recordó a su colega argelino que la autodeterminación no puede ser reivindicada por unos y rechazada por otros.

En respuesta a las irónicas afirmaciones del embajador argelino sobre la supuesta «afirmación» de Marruecos de que el Sáhara es un paraíso, Hilale dijo que Marruecos nunca ha afirmado que el Sáhara sea un paraíso, y que es consciente de que, como en todas partes, siempre hay margen para el progreso y la mejora. Sin embargo, el Sáhara marroquí goza del respeto de los derechos humanos, de la democracia y de la elección libre y transparente de los representantes legítimos de su población, que comparecen regularmente ante el C24, subrayó.

El embajador Hilale añadió que, por el contrario, a la población secuestrada en los campamentos de Tinduf se le imponen desde hace más de 45 años representantes del «polisario», una entidad creada por Argelia. Estos representantes no son elegidos en absoluto, sino nombrados, impuestos y financiados por el gobierno argelino, en una ausencia total de democracia, indicó.

El Representante Permanente de Marruecos resaltó que comprendía los celos de su homólogo argelino con respecto al impulso y al dinamismo económico de la región del Sáhara marroquí, subrayando que el embajador argelino era consciente de que las regiones de Laayún y Dajla, que él afirma falsamente que están «ocupadas», están más desarrolladas que ciertas regiones de Argelia, que son independientes desde hace más de 60 años. Comparando el Sáhara marroquí con Argelia, Hilale señaló que los habitantes de las provincias del sur no hacen cola para comprar harina o plátanos.

Asimiso, Hilale dijo que los habitantes de las provincias del sur de Marruecos se mueven libremente y hacen declaraciones a los medios de comunicación, incluso a la prensa y la televisión argelinas, sin sentirse avergonzados o preocupados. Algo que dista mucho de ocurrir en Argelia, donde se cierran los periódicos, se censura la televisión, se encarcela a los opositores políticos y se disuelven las asociaciones de defensa de los derechos humanos y los partidos políticos, insistió ante los miembros y observadores del C24.