La acogida del jefe de los separatistas: un acto «hostil» que va en contra de las relaciones históricas marroquíes-tunecinas – partidos –
Varios partidos políticos han condenado enérgicamente la acogida oficial del presidente tunecino al jefe de los separatistas, calificándolo de acto «hostil» y «sin precedentes» que va en contra de las relaciones históricas de amistad entre Marruecos y Túnez.
En un comunicado, el Movimiento Popular (MP) expresó su enérgica condena de este «acto hostil» del presidente tunecino Kaïss Saied, que se alineó con los enemigos del Reino, «un país que nunca ha dejado de desplegar sus esfuerzos para defender los intereses, la seguridad y la estabilidad del pueblo tunecino». Con este comportamiento, que rompe con las posiciones adoptadas por los jefes de Estado tunecinos respecto a la integridad territorial de Marruecos, el presidente tunecino se pone del lado de los partidarios del separatismo y del terrorismo en una región donde el Reino de Marruecos es un actor clave. Por su parte, la Unión Constitucional (UC) condenó enérgicamente, en un comunicado de su Secretaría General, el «enfoque hostil del presidente tunecino contra nuestro país y su integridad territorial», expresando su pesar «por la despreocupación en la que Kaïs Saïed ha puesto a la hermana Túnez tras decisiones improvisadas que no sirven ni a los intereses de Túnez, ni a la estabilidad y la democracia en la región». El Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) condenó en los términos más enérgicos este acto considerado «hostil» hacia el Reino de Marruecos. En un comunicado emitido por su comité de relaciones internacionales, el PJD calificó esta medida de «acontecimiento peligroso y sin precedentes que asesta un duro golpe a las relaciones históricas entre los dos países hermanos, y que va en contra de las normas de buena vecindad y asociación, así como de las aspiraciones de construir un Magreb unido». También expresó su apoyo «a las medidas tomadas por el Reino ante esta evolución peligrosa y hostil». El buró político del Partido del Renacimiento denunció enérgicamente «este comportamiento hostil y provocador hacia el Reino, que consideramos un acto peligroso en las relaciones bilaterales».