Marruecos en 2022: resiliencia frente a los retos sanitarios y económicos y una recuperación iniciada bajo el impulso real – Editorial –
Marruecos, bajo el impulso de Su Majestad el Rey Mohammed VI, habrá demostrado en 2022 su resistencia frente a los desafíos sanitarios y económicos, antes de emprender una recuperación serena y rápida, escribe el editorialista de la revista BAB.
«La resiliencia es esa capacidad fuera de lo común que hemos demostrado para hacer frente a los desafíos sanitarios vinculados a la pandemia y al desafío de la perturbación económica mundial que también nos ha afectado», subraya Khalil Hachimi Idrissi, en el editorial publicado en el último número de BAB, la revista inteligente de la Agencia Marroquí de Noticias (MAP).
En el mismo editorial, publicado bajo el título «Resiliencia y recuperación», dos palabras clave que, para el autor, pueden resumir este año 2022, el director general de la MAP destaca que el Reino ha respondido con la misma resiliencia al reto social «cuyas múltiples consecuencias han golpeado duramente a nuestra sociedad, que ya tenía deficiencias estructurales en este ámbito vital».
Tras señalar que la recuperación «es la buena noticia de este año», Hachimi Idrissi recalca la rapidez de esta recuperación. «Esto significa que los fundamentos de la economía marroquí son saludables. Y el apoyo del Estado, producto de la determinación de SM el Rey Mohammed VI de no dejar a nadie en el camino, ha sido eficaz», asegura.
En este sentido, Hachimi Idrissi cita la generalización de la protección social a todos los estratos de la población -un proyecto real- en la estela de las medidas contra el COVID, un proyecto que «hace de Marruecos, sin duda, un pionero africano».
Así, «se ha demostrado que es posible tener una economía liberal globalizada, bien integrada en los circuitos financieros internacionales, y mantener el Estado de las prerrogativas regias de regulación, arbitraje, apoyo, reactivación y amortiguación de los efectos negativos», sostiene el editorialista.
En sí mismo, añade, «este papel renovado y moderno del Estado es una muy buena noticia, mientras que algunos sostenían, imprudentemente, que la modernidad -en este sentido, el Mercado- sólo podría alcanzarse con la desaparición de las funciones regias del Estado, en particular en el ámbito económico y financiero.
En cuanto a la democracia, el año 2022 fue una buena cosecha para Marruecos, escribe Hachimi Idrissi para describir el cambio de gobierno, civilizado y pacífico, que se produjo a través de las urnas. «Sin ninguna disputa. Los islamistas, tras dos mandatos, han cedido su liderazgo en el gobierno a una coalición liberal liderada por el RNI de Aziz Akhannouch». Desde 1998, se puede decir que la alternancia se ha convertido en una cultura política anclada en Marruecos, ciertamente favorecida por la función de arbitraje, la estabilidad inducida y el papel federador de la Monarquía, subraya el autor del editorial.
En cuanto a la política exterior, el editorialista evoca en particular la reanudación de las relaciones de Marruecos con Israel, que «naturalmente ha llegado este año para introducir más racionalidad en nuestra política exterior».
En efecto, «sin cambiar un ápice nuestro compromiso con los palestinos y su derecho a un Estado con Jerusalén Este como capital, hemos puesto en orden de marcha, una reanudación, nuestras relaciones con Israel», porque, continúa, «no podíamos seguir ignorando un país en el que viven cerca de un millón de nuestros conciudadanos de confesión judía».
El editorialista precisa que «no podríamos ignorar, además, que con estos datos geopolíticos y geoculturales podemos ser vectores, serios y creíbles, para la paz, la prosperidad compartida y la búsqueda de una solución duradera al conflicto israelo-palestino». En este ámbito, como en otros, Marruecos asume sus responsabilidades ante la comunidad internacional.
Por otro lado, el autor destaca el cambio de paradigma iniciado en la gestión de la cuestión del Sáhara marroquí, un enfoque que ha permitido al Reino obtener más apoyo inequívoco a su posición e integridad territorial frente a los designios separatistas.
«Después de EEUU, España, Países Bajos y Alemania también reconocen la legitimidad del planteamiento marroquí y apoyan su plan de autonomía para el Sáhara marroquí», anota el editorialista, para quien «este nuevo hecho supone un verdadero cambio de paradigma en esta cuestión. El efecto dominó está en marcha».
En el plano cultural, Hachimi Idrissi se detiene en lo que considera «un nuevo axioma pospandémico». «Así se percibió el Salón del Libro de Rabat, el SIEL, un éxito en todos los niveles del acto editorial y un verdadero placer para los visitantes», afirma.
Para él, las lecciones de este éxito son ya conocidas. «Las colectividades territoriales, especialmente las regiones, deben apoyar abiertamente los eventos culturales de alto nivel y, sobre todo, debemos romper con los planteamientos de bajo nivel en la vida cultural. Los marroquíes se merecen lo mejor. Los productores culturales tienen que asimilar este hecho, o renunciar a sus intentos», insiste el editorialista.
Hachimi Idrissi repasó, igualmente, las disciplinas deportivas que han brillado con luz propia este año y que han estado «en el firmamento de la élite mundial porque tienen tutores de calidad, una visión clara y una estrategia legible».
El autor se refiere al fútbol. «Una merecida clasificación para la Copa del Mundo, una presencia continental indiscutible, un fútbol sala que da la campanada en la escena mundial y un fútbol femenino que levanta la moral de la nación con su gracia, frescura y alegría de vivir. Se puede decir lo que se quiera, pero cuando un liderazgo legítimo dirige inteligentemente una determinada disciplina, los resultados tienen que llegar», concluye el director general de la MAP.