Cooperación Sur-Sur con América Latina: el Reino respalda las palabras con hechos
Gracias a la visión clarividente de Su Majestad el Rey Mohammed VI, Marruecos ha logrado hacer de la cooperación Sur-Sur un pilar fundamental y estratégico de su política exterior, convirtiéndose el Reino en un interlocutor clave y un socio de confianza para los gobiernos y parlamentos sudamericanos.
El compromiso de Marruecos de adoptar una política pragmática de beneficio mutuo en el ámbito de la cooperación Sur-Sur con los países latinoamericanos le ha permitido ampliar sus asociaciones en la región mediante un enfoque solidario y proactivo. Esto no habría sido posible sin el fortalecimiento de sus capacidades en los campos del desarrollo humano, la promoción de la paz, la seguridad y la estabilidad, así como la integración económica y la apertura a las diferentes áreas regionales del continente. Las experiencias acumuladas por Marruecos en varios sectores estratégicos han permitido al Reino convertirse en un líder en África, especialmente en el ámbito del desarrollo sostenible, lo que lo convierte en un vínculo entre África y el mundo árabe, por un lado, y Sudamérica, por otro. Este eficaz papel del Reino en la construcción de puentes de cooperación fue saludado recientemente por el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, quien expresó su alta consideración por el Reino de Marruecos, bajo el ilustrado liderazgo de SM el Rey Mohammed VI, subrayando la posición geoestratégica de la que goza Marruecos en su entorno regional y continental. El presidente uruguayo expresó también la firme voluntad de su país de superar todos los obstáculos que dificultan el desarrollo de las relaciones históricas entre ambos países, afirmando que ya están dadas todas las condiciones para promover la cooperación económica en diversos campos e izar el comercio a mejores niveles. Por su parte, el presidente del Parlamento del Mercosur (Parlasur), Tomás Bittar Navarro, afirmó que su institución «valora altamente los esfuerzos realizados por SM el Rey Mohammed VI para lograr un mayor acercamiento» entre África y el mundo árabe, por un lado, y América Latina, por otro, en el marco de la cooperación Sur-Sur que el Reino establece como principio fundamental de su política exterior. Tomas Bittar subrayó que en un mundo globalizado «ningún país puede vivir en una isla aislada, y no sería razonable que perdiéramos la oportunidad de lograr esta integración» con África y el mundo árabe. Varios responsables uruguayos expresaron el mismo deseo de dar un nuevo impulso a las relaciones bilaterales con Marruecos y explorar las oportunidades que se pueden aprovechar para un mejor futuro para ambos países, especialmente en el ámbito comercial. Se abren así perspectivas prometedoras para las relaciones bilaterales entre Rabat y Montevideo, lazos que, en opinión de muchos funcionarios, deben consolidarse, según una hoja de ruta concreta que permita a ambos países avanzar juntos y con confianza hacia este objetivo. No muy lejos de Uruguay, en Chile, los responsables chilenos, tanto en el gobierno como en el parlamento, destacan la distinguida posición de Marruecos en el Magreb, en el mundo árabe y en África, que lo convierte en una prioridad en la política exterior chilena. Esta amistad entre Chile y Marruecos se ha visto reforzada por una serie de iniciativas y visitas destinadas a reforzar los vínculos económicos y políticos y a crear mecanismos al servicio de la prosperidad de ambos países. Para reforzar el dinamismo de estas relaciones, se ha propuesto, por iniciativa de la Cámara de Consejeros, organizar un foro económico parlamentario anual entre Chile y Marruecos, que examinará los horizontes del comercio y de las inversiones. El foro, que se inscribe en el marco de la cooperación Sur-Sur, será una oportunidad para poner de relieve el potencial de Marruecos en diversos ámbitos como las energías renovables, el agua y la política agrícola. Así, el Reino, que desempeña un papel muy importante en su entorno regional y continental, ha logrado convertirse en una locomotora del desarrollo y la cooperación tridimensional: África, el mundo árabe y América Latina.