Los pasos en falso de la keniata Amina Mohamed en el lodazal de Tinduf
La jefa de la diplomacia Keniana, Amina Mohamed ha hecho el domingo, 4 de diciembre de un extraño viaje en los campamentos de Tinduf en el suroeste de Argelia, mientras que está en plena campaña en su carrera por la presidencia de la Comisión Africana, que asegura actualmente la sur africana Nkosazana Dlamini-Zuma.
Para obtener este cargo muy interesante entre las instancias dirigentes de la Unión Africana (UA), la ministra de AAEE de Kenia parece tomar el mismo camino que Zuma que, al igual que el gobierno de su país, se ha abiertamente adherido al clan del régimen argelino que persiste en apoyar, contra viento y marea, el frente Polisario y sus quiméricas ambiciones de independencia.
Dlamini-Zuma, que también acaricia el sueño de suceder al final de su mandato en enero próximo, a su ex marido, Jacob Zuma, a la cabeza del Congreso Nacional Africano (ANC partido en el poder), nunca ha ocultado su hostilidad mordaz hacia Marruecos con el único propósito de ganar la simpatía de los dirigentes de Argel que le devuelven el favor cada vez que lo necesita.
El viaje relámpago de Amina Mohamed en Tinduf puede ser interpretado como un acto de provocación para con el gobierno y el pueblo de Marruecos, cuyo propósito es convencer a los gobernantes de Argel por su apoyo en la votación de elección del futuro Presidente de la Comisión Africana.
Por otra parte, en un artículo titulado: » Kenia arriesga un incidente diplomático con Marruecos», el periódico de gran tirada de Kenia «Business Daily» advirtió a las autoridades de Nairobi contra las acciones de Amina Mohamed, que pueden causar un «incidente diplomático» con Marruecos.
Tomando nota de que la posición de Nairobi, en este asunto no hace unanimidad en Kenia, el autor del artículo publicado el martes 6 de diciembre, en las columnas del «Business Daily», ha ido hasta criticar lo dicho por Amina Mohamed en Tinduf, donde expresó el apoyo de su país a la pseudo República saharaui «RASD».
La ministra de AAEE de Kenia, creen los mismos observadores, hizo un paso en falso, apostando sobre el mapa del Polisario para lograr sus ambiciones políticas, la «RASD» que no es reconocida ni por la ONU, solo es apoyada por una minoría de estados miembros de la UA.