El conflicto del Sahara dió un giro favorable a Marruecos bajo el reinado de Mohammed VI

Los veinte años de reinado (1999-2019) del rey de Marruecos Mohammed VI se han distinguido de más de una manera, por los grandes proyectos que han surgido y el dinamismo de la política exterior del reino que se ha destacado por su notable avances diplomáticos especialmente en la defensa del Sáhara marroquí.

Además de los grandes proyectos (TGV, Tranvía, Estación solar Noor, los dos puertos Tanger Med, etc …) que han surgido desde la entronización de Mohammed VI, Marruecos ha participado en una diplomacia ofensiva coronada en particular por su regreso triunfal dentro de la Unión Africana y la inclusión de las provincias del sur del Sahara en los nuevos acuerdos agrícolas y pesqueros con la Unión Europea.

Gracias a la sabia orientación y la visión ilustrada del Rey Mohammed VI, la diplomacia marroquí ha logrado ganar muchas batallas diplomáticas en el Sahara al extender las adhesiones a la propuesta de autonomía marroquí tanto en las Naciones Unidas como en la Unión Europea ( UE) y especialmente en América Latina y el África subsahariana, donde muchos países han resuelto retirar su reconocimiento a la llamada República del Sahara «RASD», autoproclamada por el Frente Polisario con el apoyo del régimen argelino.

Cuando el ministro de relaciones con el parlamento y la sociedad civil y portavoz del gobierno Marroqui, Mustafa El Khalfi, inauguró el 12 de julio en Marrakech, el segundo Simposio Nacional sobre el alegato civil sobre la marroquineidad el Sáhara Marroquí, habia anunciado que el 80% de los países que apoyaron al Polisario han retirado su reconocimiento de la quimérica «RASD».

Para poner fin a esta entidad imaginaria inventada desde cero por los antiguos regímenes libio y argelino, la diplomacia marroquí está atacando los últimos focos de apoyo del Polisario que se encuentran en América Latina y especialmente en el África de habla inglesa, donde algunos regímenes hostiles a Marruecos continuan reconociendo la pseudo «RASD».

A la espera el final del mito saharaui, el gobierno persigue la realización de proyectos de desarrollo en el Sahara marroquí, por el interés bien entendido de las poblaciones indígenas.