El Polisario atrapado en tenazas internacionalmente y en los campos de Tinduf

El año 2019 comenzó muy mal para el Frente Polisario, tanto internacionalmente como dentro de los campamentos de Tinduf, dónde la población perdió toda esperanza de una solución al problema del Sahara después de los numerosos fracasos diplomáticos encajados por su dirección.

La reciente adopción por mayoría abrumadora por parte del Parlamento Europeo del acuerdo agrícola con Marruecos, incluidas las provincias del Sáhara Occidental y la enmienda de última hora, por parte de la Cámara de Representantes de los EE. UU. del presupuesto de 2019, incluyendo en su nueva moción, la ayuda al Sáhara Occidental en ayuda financiera global a Marruecos, trajo un golpe de gracia al Polisario.

En los campos de Tinduf, la tensión social y las quejas de los habitantes civiles y militares continúan creciendo no solo por los contratiempos diplomáticos encajados por el Polisario, sino también por los escándalos financieros, la corrupción y el desvio de la ayuda internacional de los mandos del Polisario y los notables saharauis que se enriquecen en detrimento de las poblaciones civiles.

El último escándalo tiene que ver con el combustible que el Polisario recibe cada mes de Argelia y que ha enfurecido a los habitantes de los campamentos contra la comercialización de este combustible, aunque se ofrece de forma gratuita por parte de Argel.

El domingo pasado, el medio de comunicación «Futuro Sahara» cercano del Polisario volvia a este escándalo, recordando en un artículo que «solo 80 toneladas de combustible llegan a los saharauis de un total de 300 toneladas ofrecidas mensualmente por Argelia», el resto es por supuesto, vendido en los mercados negros de Argelia y los países vecinos.

Los habitantes de Tinduf también han informado contra la desviación, según fuentes locales, de alrededor de 2,5 millones de euros de ayuda otorgada por Argelia, y dónde los dirigentes del frente no han proporcionado ninguna justificación cuantificada sobre el uso de ese dinero

Los dirigentes argelinos que usan el Polisario y sus reclamos de tierras alrededor del Sáhara como un medio de presión sobre el vecino marroquí, obviamente cierran los ojos sobre estas prácticas insalubres, aunque son perfectamente conscientes de los detalles más mínimos de lo que se trama en la sede del Polisario en Rabuni y en los campamentos de Tinduf.