La diplomácia argelina desestabilizada por la solicitud de adhesión de Marruecos a la CEDEAO

El régimen argelino que mantiene cerrada desde 1994, la frontera con el vecino marroqui y sigue apoyando contra viento y marea a los separatistas del Polisario, parece haber sido profundamente desestabilizado por la solicitud de Marruecos de integrar la Comunidad Económica de los Estados de la África Occidental (CEDEAO).
Después de no poder impedir el regreso de Marruecos en la Unión Africana con el apoyo del régimen de Sudáfrica, la diplomacia argelina ha sido de nuevo completamente desorientada por la decisión del Reino de integrar una comunidad regional que se encuentra en el límite de su frontera sur.
El régimen argelino siempre ha maniobrado para imponer su liderazgo en el Magreb árabe y la región del Sahel, ahora se encuentra de nuevo de espaldas a la pared frente a la gran ofensiva diplomática lanzada en los cuatro rincones de África, por el rey Mohammed VI quién anunció en la última cumbre africana en Addis Abeba que «la lláma de la UMA (Unión del Magreb árabe) se extinguió.»
Al comentar sobre la voluntad de Marruecos de unirse a la CEDEAO un mes después de su readmisión en la UA, los medios de comunicación de Argelia no dudarón en hablar de un trastorno geoestratégico en toda la región.
Los recientes acercamientos políticos y económicos de Marruecos con los países del continente incluyendo los quién toman posición junto a Argelia en la cuestión del Sahara Occidental, parecen poner según la prensa argelina, muy incómodo el poder en Argel.
Lo que refuerza aún más el avance de Marruecos en África es que Argelia cuya economía se basa en el 90% sobre los ingresos de hidrocarburos, cuya maná ha sido secada por la caída de los precios del petróleo, no tiene nada que ofrecer a los antiguos socios africanos.
El poder en Argelia ni siquiera lo piensa, ya que ahora se enfrenta a graves dificultades presupuestarias agravadas por la subida en flecha de la tensión social en el plano interno.
Es también en este contexto que el régimen argelino ha incitado en los últimos meses a la dirección del Polisario a optar por la escalada militar en la zona de amortiguamiento de Guerguerat en el extremo suroeste del Sahara Occidental, para poner el vecino marroquí en dificultades y atraerlo hacia un conflicto armado en la región. Pero no contaba con la habilidad diplomática del rey Mohamed VI, que desactivó rápidamente la tensión, evitando a su país de caer en la trampa que le ha sido tendida.